Creemos en un solo Dios eterno
Creemos en la trinidad de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Creemos en la Biblia, la cual fue inspirada por el Espíritu Santo y es palabra viva para la salvación.
Creemos que todos pecamos y estamos destituidos de la gloria de Dios.
Creemos en nuestro Señor Jesucristo, como el único, suficiente y personal Salvador de nuestras almas, quien derramó su sangre para el perdón de nuestros pecados y resucitó al tercer día.
Creemos en que todo aquél que cree en Jesús como el Hijo de Dios y le recibe, tiene vida eterna y no se perderá si vive de acuerdo a la voluntad de Dios.
Creemos en el poder del Espíritu Santo y todos sus dones.
Creemos en la unidad espiritual del Cuerpo de Cristo.
La razón y propósito que debe prevalecer en un ministro no es una mera formación académica, sino una preparación integral para el ejercicio de la más noble y elevada profesión que es el servicio a la causa del Evangelio. Este Seminario proporciona al estudiante un abanico de información, al ministro un sin fin de herramientas y al discípulo una guía para que se perfeccione en ser un verdadero adorador.
Tales cuestiones son necesarias tanto para obtener una mayor profundidad Escritural como así también para gozar de una preparación servicial acorde a los mandatos bíblicos en función de las necesidades sociales y espirituales del pueblo de Dios, como así también una mayor visión de la realidad global del mundo sin Cristo, que necesita a voces de un evangelio genuino que satisfaga las demandas espirituales que son reemplazadas por ofertas pasajeras de una sociedad consumista
Para ello se necesita de enviados que reúnan las condiciones espirituales e intelectuales necesarias, cuyo carácter esencial sea la humildad y un testimonio que impacte en los corazones exigentes de una cosmovisión postmoderna, basado en una fe real, con predicamento de la sana doctrina, para curar las heridas que a diario se encarga de hacer el temible monstruo del pecado, que devora naciones enteras llevándolas a la ruina y a la miseria espiritual y moral. Las observaciones didácticas en estos estudios hacen florecer en el alumno una devoción hacia su llamado como también a tener una conciencia ministerial que se trasluce en un espíritu de entrega, quitando de en medio la apatía espiritual que amordaza a muchos para predicar un evangelio tal cual Jesús y los Apóstoles nos legaron.
Tomando las consideraciones antes mencionadas es nuestro deber reconocer a nuestro Seminario Internacional SABE y hacer notar el compromiso que tiene con Dios, quien le ha llamado con la sublime vocación de formar hombres y mujeres que tengan un compromiso con Dios y cumplan con la visión de este Seminario el cual es "Formar hombres y mujeres de Dios para que den todo lo recibido en su iglesia local, en sujeción a sus pastores” (Heb 13:17), desde luego tiene como objetivo primordial acrecentar un compromiso personal con Dios en una constante experiencia de santidad y aplicar lo aprendido en aras del progreso ministerial para que vidas y comunidades sean bendecidas como consecuencia de estos estudios.
Alguna vez ha tenido el deseo de hacer una Carrera Teológica, pero, por algún motivo, acabó cambiando de idea? Pues bien, es muy común escuchar muchas advertencias en cuanto a hacer una Carrera teológica, provocando un miedo casi generalizado de enfriarse en la fe. Y si usted ya pasó por eso o si tiene dudas sobre el tema, lea estos pensamientos, donde abordaremos algunos puntos de máxima importancia sobre la necesidad de una Carrera teológica.
En realidad, queremos hablar aquí sobre algunas afirmaciones muy comunes que oímos al manifestar el deseo de estudiar teología. Veamos algunas de ellas:
1. La letra mata, el espíritu vivifica
Uno de los argumentos más utilizados para combatir el estudio teológico es la cita de esta frase de Pablo en su segunda carta a los Corintios. Sin embargo, necesitamos tener cuidado con textos aislados de la Biblia, evitando correr el riesgo de una interpretación errada de su verdadero sentido. Veamos lo que la Palabra nos dice:
“No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios. Él nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra, sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida”. 2 Corintios 3:5-6
Pablo aquí habla de una capacitación que viene de Dios, a fin de hacernos ministros de un nuevo testamento, o sea, una Nueva Alianza. ¿Y cuál es la diferencia entre la antigua y la Nueva Alianza? El Espíritu Santo. Fue a partir del sacrificio de Jesús que pasamos a tener el Espíritu Santo en nosotros, lo que no sucedía antiguamente.
Por lo tanto, hoy tenemos el Espíritu Santo, entonces tenemos la capacidad de dar vida a la Palabra predicada. Daremos un ejemplo: ¿cuántas veces ya se ha encontrado leyendo un fragmento de la Palabra y, “de repente”, su corazón fue inundado por una iluminación profunda acerca de lo que estaba leyendo? Cuando esto sucede, es el mismo Espíritu Santo que está dando vida a lo que está escrito. Esta es la Palabra revelada, la Palabra viva (Hebreos 4:12).
Pero eso no significa que no podemos estudiar la Palabra de Dios. Lo que Pablo se refería en estos versículos es que, por más conocimiento que tengamos de la Palabra, de nada sirve si no estamos llenos del Espíritu Santo. Por lo tanto, podemos y debemos profundizar en el estudio de la Palabra, y la Carrera Teológica sólo la tomaremos para enriquecernos cada vez más.
2. Los fariseos tenían teología
Los fariseos pertenecían a un grupo conservador religioso de gran influencia en la época de Jesús, y una de sus características era que ellos eran grandes conocedores de la Ley. Sin embargo, el conocimiento no les impidió haber sido llamados hipócritas y comparados a sepulcros blanqueados.
Pero la lección que podemos aprender de los fariseos es que tanto conocimiento de la letra no los llevó a reconocer a Jesucristo como el Mesías, pues estaban más preocupados por las tradiciones y las costumbres, que con lo que realmente importaba. El hecho es que esos hombres sólo tenían el conocimiento frío y teórico de la ley, pero no tenían el corazón vuelto a Dios. La soberbia les sobresalía, y les faltaba la luz del Espíritu Santo.
3 - No necesitamos teología, la oración basta
La oración es nuestro momento con Dios. Es cuando podemos dialogar con el Padre, que nos revela todas las cosas en lo oculto. Pero el Espíritu Santo sólo nos traerá revelaciones sobre lo que ya conocemos. Es decir, cuanto más conocimiento tengamos, más nos será revelado.
Por último, queremos decirle que el conocimiento teológico y el Espíritu Santo deben caminar juntos. De nada nos valdrá tener uno en detrimento de otro. Por lo tanto, para ser usados en la obra de Dios, de acuerdo con Su voluntad, podemos seguir el consejo del apóstol Pablo:
“Esfuérzate por presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse y que interpreta rectamente la palabra de verdad”. 2 Timoteo 2:15 Ahora, tenemos nuestra Carrera de Licenciatura en Teología, la cual ha traído mucha claridad a todos, ha corregido errores y enriquecido espiritualmente a los que la han realizado. Una carrera que ha bendecido a muchas personas en muchos países, y ha sido una gran herramienta, debido a su completo contenido ya que abarca toda la Biblia.
Esperamos que esta Carrera de Licenciatura en Teología sea muy provechosa para usted.
Que Dios los Bendiga ricamente.
Pedro Pacheco
Director
